El western almeriense (I) - El silbido de Bogart - Blog de cine

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El western almeriense (I)


Nadie en el ya lejano 1962, podría sospechar que las áridas tierras de la ciudad de Almería serían con el tiempo una referencia indiscutible cinematográficamente hablando de un género concreto, y que al igual que en las películas de ese género propiamente norteamericanas de la época de oro de ese género el cañón del Colorado fue en muchos títulos icónicos, míticos e imprescindibles del género el escenario de fondo, en el subgénero que surgió las desérticas tierras de Almería se convirtieron en el escenario habitual de sus títulos. Estoy hablando cuando me refiero a subgénero al spagueti western, subgénero que recibió esa denominación propia en términos italianos, dado que fue una invención propiamente del cine italiano aunque sus películas fueron rodadas en tierras españolas y todas en régimen de coproducción por ambos países involucrados (muchas veces muchos de sus títulos aparecía un tercer país en los títulos de crédito, ya fue Alemania o cualquier otro país, suele suceder en la historia del cine y ha ocurrido mucho cuando se ve que el negocio es rentable, rápido todo el mundo quiere participar del pastel y coproducir, y en esos tiempos (hablo de años 60 y principios de los 70) era muy habitual las coproducciones cuando se trataba de géneros en los cuales los países implicados como era el caso hablando del western de España e Italia que no tenían industria específica como lo tenía Hollywood en sus años dorados para acometer productos de géneros como el que nos ocupa, y es por eso que solían ser coproducciones, si había dos países en la tarea, era más fácil rodar algo así contando con el presupuesto de dos países o de tres si había un tercer interesado. Resulta curioso que luego nosotros los europeos, y concretamente italianos y españoles hicimos nacer subgéneros de géneros específicos que tuvieron un éxito impresionante y unos ingresos en taquilla que dieron vida al género durante casi dos décadas. Además fue muy rentable (las películas solían tener mismos paisajes, se rodaban de manera eficiente y rápida, y como ya he mencionado, los ingresos en taquilla eran muy superiores al dinero invertido en taquilla que luego los mismos productores se dieron cuenta de que tampoco se gastaban mucho dinero en estas películas como sospechaban en un principio, o sea que ganaban mas de lo que invertían y encima casi siempre contaban con directores habituales que casi siempre eran los contratados para dirigir las películas, y esto era también por el motivo de que aparte de desenvolverse muy bien en este género, terminaban la película en el tiempo que se les había puesto de límite, y para colmo bien realizada, de manera eficiente, y resultaba ser un producto muy digno, con todos los ingredientes que cualquier aficionado al género esperaría ver en una películas de esas características, he ahí el motivo por el cual siempre figuraban en los créditos casi los mismos directores, por las razones antes mencionadas).

Pero antes de todo esto, tendría que mencionar los orígenes y luego hablar de la auto parodia, que hubo hasta eso (auto parodia del género), porque si nos vamos al principio, al culpable de todo esto, y hablo de director, fue un entonces joven italiano que llegó cierto día al desierto de Almería con otro joven pero este no italiano sino norteamericano, y ya desde entonces sus nombres entraron en la leyenda y quedarían ligados para siempre al spagheti: hablo de Sergio Leone y Clint Eastwood, por no mencionar también a otro nombre que este si que quedó también más ligado al subgénero porque después hizo muchos títulos y es Lee Van Cleef. Pero si hay un cuarto nombre que cada vez que oímos su banda sonora entrañable para los que crecimos viendo los spagheti de Leone y ya asociamos su música con estas películas, y el desierto de Almería también, fue el señor Ennio Morricone, quién con su bellísima composición que se quedó grabada a fuego en nuestras mentes sobre todo cuando uno es niño, hizó que nuestras almas vibrarán, no es de negar que su música era como casi todas las buenas bandas sonoras el 80% de la efectividad de la película la clave del éxito de la misma, un señor que fue con el tiempo cimentándose como un nombre esencial en la historia de las bandas sonoras del cine por la cantidad de grandes títulos a los cuales aportó su genial inspiración y en la diversidad de géneros en los que ha colaborado. Tres fueron los títulos de oro de la trilogía de Leone-Eastwood-Van Cleef-Morricone, creo que sobra enunciarlos porque son de sobra conocidos, teniendo yo un especial cariño por la que considero la mejor, siendo las tres sensacionales, y me estoy refiriendo a La muerte tenía un precio. Amigos y amigas ¿Quién no recuerda sus títulos de crédito iniciales con ese pistolero a caballo por el desierto silbando, y solo se oye eso en la sala, cuando de repente se escucha un disparo y el individuo cae del mismo, después suenan otros disparos, el caballo echa a correr y huye del escenario, sonando a continuación la banda sonora de Morricone, con esos silbidos iniciales con los que empieza y los letreros serpenteando por las llanuras del desierto? Creo recordar que he visto créditos iniciales memorables acompañados de bandas sonoras memorables que juntas las dos cosas te provocan emociones y cuando las vuelves a visionar, te vuelven a producir esa misma sensación (puedo enumerar muchas, ahora mismo podría nombrar Star Wars la trilogía original, Tiburón la original de Spielberg, bueno me podrían venir muchas, pero os aseguro que la de La muerte.. ocupa un primer lugar de honor) . Resulta curioso comprobar que el primer y extraordinario título de la saga resulta ser un remake de una obra maestra del maestro japonés Akira Kurosawa, (uno (dicho sea de paso) de mis directores de cine japoneses favoritos) Rashomon (El mercenario), la sinopsis es la misma si nos ponemos a analizar y el papel que Eastwood hace en la de Leone, es el mismo que el gran Toshiro Mifune desempeñaba en la de Kurosawa. Llegados a este punto, resulta necesario destacar la inmensa influencia que el maestro japonés tuvo en el western, y fijarse que no digo solo spagheti sino western en general, recordemos la influencia dos años antes del comienzo de la trilogía de Leone en el western hollywoodiense, y en un título emblemático del mismo: Los siete magníficos, que no era sino un remake en clave de western de Los siete samuráis, excepcional cinta de Kurosawa, pero está dirigida por otro gran y para mi infravalorado director norteamericano: John Sturges, que nos dejó gran cantidad de títulos memorables en la historia del cine, y no solo en el western.

Cuando este joven llamado Sergio Leone realizó en Almería con un presupuesto risible ese estupendo título, o sea Por un puñado de dólares, las referencias que se tenían de él, fueron incursiones en otro subgénero italiano: el péplum del cual hablaré también algún dia (su anterior película fue El coloso de Rodas y anteriormente a esta realizó otro péplum, véase aquí la inclinación de los italianos por dar respuesta a Hollywood en practicar subgéneros y copias con el tiempo de todo lo que en la meca del cine se hacía y la respuesta a las superproducciones históricas de Hollywood fue el péplum) pero ahí en esas incursiones de Leone en ese otro subgénero ya se veía su maestría narrativa, su habilidad cinematográfica y su dominio de las técnicas del séptimo arte. Leone no acabaría con la trilogía su aportación al spagheti sino que daría otro título memorable, quizá todavía más sublime que la trilogía por su planificación, su maestría narrativa, el potente y brutal uso de la cámara como instrumento de manipulación del espectador para crear emociones (intensa las escenas de duelos reflejando solo en planos los ojos de los contrincantes, creando una tensión sin precedentes) no en vano es uno de los westerns más grandes de culto que se han hecho. En este cimentaría la leyenda de Charles Bronson tanto como en la trilogía original ayudó a fomentar la leyenda y el mito de Clint Eastwood y Lee Van Cleef. Su otra aportación al subgénero fue la para mi infravalorada Agáchate, maldito con unos sensacionales James Coburn y Rod Steiger. Aunque no está del todo claro se rumorea ( en el mundo del cine ya se sabe no hay nada cierto del todo, solo se habla mucho) que la estupenda Mi nombre es ninguno con Henry Fonda y Terence Hill, en la cual figura él como productor (también produjo El genio, con Terence Hill) la dirigió él en realidad pero no está del todo probado, aunque muchos afirman que su genialidad está muy presente en la cinta y se nota su sello personal (antes he dicho que de estos rumores corren mucho en la historia del cine, también se ha rumoreado siempre que El enigma del otro mundo, sensacional clásico de la ciencia ficción de 1951, de la cual John Carpenter hizo un extraordinario remake en 1982 llamado La cosa, que es como se llama en realidad la original de 1951, y en la cual figuraba como productor el inigualable Howard Hawks (objeto de mi devoción tal director) en realidad se dice que la dirigió el propio Hawks, siendo el tal Christian Niby del cual después de esa cinta no se tienen referencias siendo un tanto raro supuestamente el director, algunos alegan que es un pseudónimo del propio Hawks y que la dirigió el mismo, o que si existía el propio Niby y no la termino, y parte de la película la rodó el propio Hawks, de ahí la fuerza que desprenden algunas de sus escenas, otro tanto se podría decir de El hijo de Kong, que la produjo John Ford, y algunos rumorean que hasta la dirigió el maestro irlandés, de esos rumores corren muchos sobre infinidad de películas producidas por maestros y grandes directores en las cuales se nota el sello personal de sus productores ilustres).

Aquí no acaba la historia del spagheti sino que continua porque esto es solo el principio, quedan muchos nombres, títulos clave, y parte de la historia. ¿Queréis seguir cabalgando conmigo en el siguiente artículo?

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