En 2014, la primera entrega de Guardianes de la galaxia insufló aire fresco al universo Marvel, que por entonces andaba algo falto de vidilla. Encabezado por el imaginativo James Gunn, este proyecto fue capaz de recuperar el espíritu dionisiaco de la aventura gracias a la historia de esta pandilla de desclasados galácticos con ganas de rock ‘n’ roll. James Gunn se mantiene fiel a sus principios a la hora de insuflar un aliento retronostálgico a esta segunda entrega, añadiendo un explosivo cóctel de atmósferas psicodélicas que se inserta dentro de la mejor tradición de la space opera más lunática y alucinatoria.
Guardianes de la galaxia Vol. 2 tiene el encanto de la primera, pero ya no conserva
la frescura de ésta. Todo por culpa de una historia de aparente previsibilidad
en algunos de sus diálogos y a la hora de averiguar quién es el villano en esta
segunda parte. Algunos momentos de Guardianes
de la galaxia Vol. 2 patinan, cayendo en el guiño para fans hasta el grado
de infantilismo.
Lo más destacable es el gran peso que adquiere el personaje de Yondu y su carga emotiva, la ternura que desprende Baby Groot «que mono el tronquito» y algunos gags inspirados. Tan gamberra como la primera, tan divertida como la primera, tan emocionante como la primera. Vamos, que podríamos decir que está a la altura de la primera, eso sí, menos original.
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