Una de las películas más perturbadoras que he visto en mi vida, con una
de las atmósferas más enfermizas que recuerdo, así describo al tercer
largometraje del director coreano Na Hong-jin. En este caso se sumerge
en el terreno de lo sobrenatural tras haber ofrecido su mirada sobre el
thriller con las notables, y muy violentas, The Chaser y The Yellow Sea.
El extraño (Goksung) es una sorprendente mezcla de géneros que se
inicia como un usual thriller policíaco, y que termina desprendiendo un
refrescante aroma a terror, con un escalofriante acercamiento a lo
sobrenatural y a la posesión diabólica, pasando por el drama más
austero. Todo ello, «y donde quizá pece de demasiado autopermisiva», es
aderezado con ese humor bufo tan típicamente coreano como próximo a las
comedias españolas de antaño.
El extraño tiene la virtud, o el defecto, de adentrarnos en un terreno posiblemente ignoto: un baturrillo esotérico del que sólo se puede salir, perplejo y desconcertado, golpeado por la belleza salvaje de sus imágenes, pero atosigado por un interrogante muy probablemente irresoluble, y con la sensación de que no es la obra maestra que podría haber sido. O quizás sí.
El extraño tiene la virtud, o el defecto, de adentrarnos en un terreno posiblemente ignoto: un baturrillo esotérico del que sólo se puede salir, perplejo y desconcertado, golpeado por la belleza salvaje de sus imágenes, pero atosigado por un interrogante muy probablemente irresoluble, y con la sensación de que no es la obra maestra que podría haber sido. O quizás sí.
El film de Hong-jin desenvuelve muy acertadamente la trama, ofreciendo
un ejercicio magistral de suspense y un uso del gore justo «nunca es
excesivo». El director se toma su tiempo para contar la historia «cosa
que explica su extenso metraje», un elemento capaz de envolvernos en una
sugestiva capa dramática ejercitada con un sensacional sentido del
crescendo rítmico.
Una película con la que todo aquel que la vea saldrá totalmente descolocado, por ese impreciso desenlace en el que el director no ayuda demasiado con ese juego de despiste al que el espectador es sometido, y quien hace un esfuerzo de intentar comprender y buscar alguna explicación a lo que acaba de presenciar.
Una película con la que todo aquel que la vea saldrá totalmente descolocado, por ese impreciso desenlace en el que el director no ayuda demasiado con ese juego de despiste al que el espectador es sometido, y quien hace un esfuerzo de intentar comprender y buscar alguna explicación a lo que acaba de presenciar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario