'Un monstruo viene a verme': La verdad ante el abismo - El silbido de Bogart - Blog de cine

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'Un monstruo viene a verme': La verdad ante el abismo


J.A. Bayona hace lo imposible, porque no es fácil adaptar la novela del mismo título de Patrick Ness, pero claro, hay que restarle algo de dificultad «por no decir toda» cuando nos damos cuenta de que es el propio autor el encargado del guion. Un cuento infantil que mezcla perfectamente melodrama y fantasía. Un monstruo viene a verme habla sobre la muerte, la niñez, el matonismo escolar, la dura realidad y la incompresible imaginación. Trata de un niño que es demasiado mayor para ser un niño y demasiado joven para ser adulto. Un niño como cualquier otro, con sus miedos y sus atrevimientos, su realidad y la indeseable realidad que no quiere ver, sus actos de locura y de cordura, su mentira y su verdad.  Un niño que para evadirse de la realidad usa la imaginación como válvula de escape de una ficción terrible, inevitable, pero terapéutica: crea un monstruo que representa su rabia, pero capaz de abrirle los ojos y ver que la impotencia y la culpabilidad son los causantes de su estado psicológico. Decir la verdad es un indicio de estar pasando a esa fase del ser humano en la que sus propios miedos se le aparecen en forma de Groot gigante.

En un momento, el niño traza sobre un papel en blanco un rectángulo inacabado, que el cerebro del espectador termina cerrándolo. Simboliza así una etapa que se cierra. Se trata de un límite o de una puerta de acceso. La línea delimita el umbral que separa el mundo real del imaginario.


Bayona realiza una película bellamente dolorosa y visualmente excesiva, con una narración asombrosa, que juega con la realidad y la ficción de manera que el espectador sabe en todo momento en cuál está. Una impresionante puesta en escena, unas preciosas ilustraciones, unos irreprochables efectos especiales y una cuidada ambientación «el tratamiento de la luz y los ambientes son una maravilla».

Un monstruo viene a verme no es sensiblera. Es una fascinante e inolvidable obra de arte capaz de tocar la fibra sensible a cualquiera, una película que logra crear un lugar donde la espectacularidad dota de alma a lo supuestamente intrascendente. Una conmovedora demostración de que el cine sana.

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